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Prefacio desvergonzado

Dahlia Sosa Hernández

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La carpeta que usted tiene entre sus manos es resultado de múltiples vergüenzas vividas cada semana en el Seminario “Ficciones ícono-textuales y utopías pedagógicas: los retos de contar (con) lo invisible y lo silenciado.” Gracias a los ejercicios que usted encontrará en esta carpeta, pude volver recurrentemente a mi trauma infantil con respecto a mi forma de dibujar. 1 Sin embargo, este seminario también fue un espacio de reconciliación. Los dibujos en la galería de pensamiento de Gloria Anzaldúa, Entre palabra e imagen, que visitamos en este espacio académico me animaron tanto que acepté mis garabatos y dejé de silenciarlos. La galería de Anzaldúa y algunos de los ejercicios aquí presentes me ayudaron a modificar mi relación con el dibujo y estimularlo como un apoyo al pensamiento, más allá de buscar una destreza técnica. Los dibujos de Anzaldúa y su carta a las escritoras tercermundistas son como un abrazo a mis inseguridades. “Lo que nos valoriza a nosotras como seres humanas nos valoriza como escritoras. No hay tema que sea demasiado trivial.” La leo en voz alta y sus palabras resuenan en todo mi cuerpo.

Algunas de mis inseguridades, aquellas que siento abrazadas, las atribuyo constantemente a una frustración por la deficiente educación básica de las escuelas públicas. También me reconcilio a veces con esa educación porque ahora entiendo que trae consigo otro tipo de experiencias y por lo tanto otro tipo de conocimientos. ¿Cómo si no tendría una anécdota que contar sobre el anacrónico taller de taquimecanografía de la secundaria?“ 2 El maestro luchando, también está enseñando” se escuchaba en las calles de Oaxaca en ese caótico 2006, en el que el conflicto magisterial escaló hasta convertirse en una revuelta popular que pausó la escuela y la ciudad durante casi un año completo de mi secundaria y que logró politizarnos a todos los adolescentes. Y aquí pienso en el profesor Simón Rodríguez y en sus anhelos utópicos de una educación popular.  

Al reflexionar sobre la educación acompaño el sentimiento de Naomi Uman, una de las cineastas que estudio en mi investigación, cada que recuerda la anécdota en la que una profesora frustró sus intereses artísticos de la infancia al decirle que dibujaba mal y que por eso nunca podría ser artista. Después de muchos años de errancia, Naomi descubrió que el cine le permitía ser artista sin tener que “dibujar bien.” Ahora alguien se interesa en escribir una tesis doctoral sobre su obra. 3

Pienso en las formas limitadas en las que en ocasiones se enseña el arte y en cómo la disciplina de la historia del arte ha sido cómplice de ello. Me consuelo al descubrir que algunos gestos que parecen tan sencillos, como cambiar nuestra manera de escribir (lo que hemos ensayado a lo largo de este seminario) pueden desarticular algunas formas académicas que son tan opresivas. Y aquí recuerdo una propuesta que hizo Sayak Valencia al pensar en redefinir esta universidad en la que nos encontramos: cambiar la rigurosidad académica por el cuidado. Poner cuidado en lo que hacemos y cuidar a quienes lo hacen posible.

Después de este semestre mi escritura se encuentra en crisis. Una crisis que espero sea productiva. ¿A quién me dirijo cuando escribo? ¿Qué tono uso y por qué? ¿En qué momento adquirí ese tono pseudo-académico tan extraño y cómo me deshago ahora de él o lo uso estratégicamente? Justo en este momento las citas de mi trabajo de tesis están en una rebelión que me confronta con ellas y me hace replantear todas mis formas de escritura y de pensamiento. Usted, querida lectora, puede ser testigo de los inicios de esta revuelta en el ejercicio “La rebelión de las citas” que también encontrará en esta carpeta. Por ahora, espero poder unirme a la lucha iniciada por las citas y que logremos el objetivo común de terminar una tesis.

Mientras tanto, estimada lectora/espectadora de esta carpeta, la invito a acompañarme en la errancia de este conjunto de textos y garabatos. Le pido que nos perdamos juntas para seguir pensando, y quizás en algún momento, encontrar otras formas de escritura y de pensamiento académico.

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1 Véase en esta carpeta el ejercicio 1, respuesta 2 en el que se trabaja este trauma con mayor profundidad.

2 Véase ejercicio 1, respuesta 5 de esta carpeta.

3 Para más información sobre esta investigación puede consultarse el ejercicio “Tensión narrativa (Abstract)” incluido en esta carpeta.

Dahlia Sosa Hernández

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